Cristiano Ronaldo: la fascinaci贸n persiste a medida que las leyendas se desvanecen

La fascinaci贸n siempre est谩 presente cuando las leyendas se 馃挭 desvanecen y luchan contra la disminuci贸n de sus poderes. La decadencia y la decrepitud tienen su atractivo; lo que los 馃挭 rom谩nticos vieron en una abad铆a en ruinas, otros lo ver谩n en la figura en declive de Cristiano Ronaldo.

Un d铆a habr谩 馃挭 un partido de Portugal que no sea sobre Ronaldo, pero ese d铆a a煤n no ha llegado. No solo se trata 馃挭 del penal que le ataj贸 Jan Oblak en tiempo extra, lo que lo dej贸 llorando. Tambi茅n se trata de su 馃挭 actuaci贸n en la tanda de penales. Todo gira en torno a Ronaldo; el f煤tbol portugu茅s se ha convertido en un 馃挭 gran drama psicol贸gico de su vejez. Diogo Costa puede haber atajado tres penales en la tanda, pero incluso entonces se 馃挭 trataba de Ronaldo.

El f煤tbol portugu茅s, un gran drama psicol贸gico en la vejez de Ronaldo

Aunque Gon莽alo Ramos anot贸 tres goles contra 馃挭 Suiza en la 煤ltima Copa del Mundo, la sensaci贸n era que era un actor de reparto, menos el h茅roe de 馃挭 los goles que el tipo que reemplaz贸 a Ronaldo, cuyo nombre fue vitoreado por la multitud hasta que finalmente fue 馃挭 sustituido 鈥?en ese momento, se arrastr贸 antes de celebrar un gol que estaba claramente fuera de juego, pero que 馃挭 encant贸 a los miles de turistas que estaban bajo su encanto. La derrota ante Marruecos en el juego siguiente reabri贸 馃挭 la puerta. Ronaldo anot贸 10 en la clasificaci贸n, una haza帽a que ser铆a m谩s impresionante si la mitad de ellos no 馃挭 hubieran sido anotados contra Luxemburgo y Liechtenstein. Pero los r茅cords son r茅cords y Ronaldo est谩 en la etapa de su 馃挭 carrera en la que su mayor alegr铆a parece ser extenderlos.

Su asistencia cuando estaba solo frente a Turqu铆a para habilitar a 馃挭 Bruno Fernandes pareci贸 inusual 鈥?hasta que se hizo evidente que lo hizo para convertirse en el proveedor de asistencias 馃挭 m谩s prol铆fico en la historia del Campeonato de Europa, y de repente tuvo sentido. Quiz谩s es injusto; quiz谩s en su 馃挭 vejez ha descubierto la alegr铆a de dar. Despu茅s de todo, no tiene que anotar m谩s para obtener grandes aplausos.

Diez minutos 馃挭 antes del medio tiempo, le devolvi贸 un pase a Rafael Le茫o en plena carrera. La reacci贸n fue tumultuosa: el hombre 馃挭 al que hab铆an venido a ver hacer trucos hab铆a hecho un truco. No importaba que la pelota no estuviera lo 馃挭 suficientemente adelante y se atascara en su zancada: en este mundo de adoraci贸n a las celebridades, la victoria en el 馃挭 f煤tbol es una preocupaci贸n secundaria.

En este contexto, este fue un cl谩sico de Ronaldo al exhibir su repertorio de gestos y 馃挭 expresiones. Cuando Petar Stojanovic lo despoj贸 del bal贸n despu茅s de nueve minutos, adopt贸 la pose cl谩sica de brazos abiertos, como 馃挭 el Cristo Redentor. Seis minutos antes del medio tiempo, envi贸 un tiro libre desde el borde izquierdo m谩s cerca del 馃挭 谩rea. El 谩rbitro, Daniele Orsato, lo movi贸 hacia atr谩s. Ronaldo se帽al贸, dio una mueca incre铆blemente ir贸nica, y luego dio un 馃挭 fuerte disparo que sali贸 por la l铆nea de meta. Y tiene resistencia; a quince minutos del final, dio una desconcertante 馃挭 se帽al de negaci贸n despu茅s de estar manifiestamente en fuera de juego.

El tiro libre de Ronaldo es una de las jugadas 馃挭 a bal贸n parado m谩s grandes del juego moderno. Nunca hay duda de que va a ejecutarlo. Alguien va y busca 馃挭 el bal贸n y se lo entrega. El muro se prepara. Ronaldo aspira y luego saca aire por la boca, y, 馃挭 mientras miles de personas en el estadio levantan sus tel茅fonos para registrar el momento sagrado, se dirige al bal贸n como 馃挭 una extra帽a amalgama de Jonny Wilkinson y uno de los actores de la tercera temporada de Blackadder 鈥?y luego 馃挭 lo env铆a por encima. Una novela de David Peace sobre este equipo ser铆a notablemente similar a la experiencia de verlos: 馃挭 repeticiones estilizadas interminables al servicio de una paranoia omnipresente.

Hab铆a un tiro en la segunda mitad que atraves贸 el muro y 馃挭 fue desviado por Oblak, pero en general, estos d铆as, un tiro libre de Ronaldo es el preludio de un saque 馃挭 de meta. Al final, hab铆a tenido 19 tiros en el torneo, dos m谩s que Escocia, y sin embargo hab铆a anotado 馃挭 dos goles menos.

Los tiros libres aparte, hubo una serie de malos toques que resultaron en la p茅rdida de posesi贸n y, 馃挭 quiz谩s lo m谩s sorprendente de todo, una serie de centros que estuvo a punto de conectar. La elasticidad ya no 馃挭 est谩 completamente ah铆, las conexiones neuronales no son tan agudas, los reflejos est谩n ligeramente disminuidos. Las oportunidades que sol铆a enterrar 馃挭 ahora se desperdician. Vanja Drkusic es un desconocido defensa central de 24 a帽os de Sochi, pero midi贸 bien a Ronaldo 馃挭 en este partido, tanto en velocidad como en el juego a茅reo.

En circunstancias normales, la pregunta ser铆a si Roberto Mart铆nez podr铆a 馃挭 seguir eligiendo a un jugador tan fuera de forma, cuya presencia causa desequilibrios incluso cuando est谩 en forma. Pero esto 馃挭 es Portugal y esto es Ronaldo. 脡l comenzar谩 contra Francia en los cuartos de final.

Sin embargo, te preguntas si los 馃挭 escuadrones de jugadores atacantes talentosos de Portugal se molestan por ser actores secundarios en el espect谩culo de Ronaldo. Tambi茅n te 馃挭 preguntas sobre la sabidur铆a de llevar a un equipo talentoso a la Copa del Mundo y al Campeonato de Europa 馃挭 y luego tratarlos como una gira de despedida. Las oportunidades de ganar torneos, verdaderas oportunidades, llegan muy raramente; sacrificarlas antes 馃挭 del ego de una estrella fugaz, por grande que haya sido, parece indefendible.